16 de abril de 2017

Nuestras excusas para explotar animales


En un artículo de la revista Investigación y Ciencia titulado «La paradoja de comer carne», escrito por Marta Zaraska, se expone la paradoja de que la gran mayoría de la gente está de acuerdo en que no debemos hacer daño a los animales sin necesidad, o sin una razón suficiente que lo justifique, pero al mismo tiempo participan en actividades que implican dañar intencionadamente a los animales y que no se pueden excusar apelando a la necesidad ni se pueden justificar desde un criterio moral.

Para intentar explicar esta paradoja, Zaraska recurre al análisis psicológico, en concreto señala el fenómeno conocido como disonancia cognitiva:

«Las personas que comen animales pero que también los aman y no quieren hacerles daño experimentan disonancia cognitiva, un estado de tensión que se origina al mantener o actuar conforme a creencias mutuamente incompatibles.

Aunque la solución más fácil para vencer la disonancia cognitiva sería cambiar de comportamiento, el vegetarianismo constituye una opción minoritaria. La mayoría de los amantes de los animales encuentran otros caminos para superar el dilema.

Estrategias psicológicas como la evitación, la disociación y el cambio de conducta percibido permiten que muchas personas dejen atrás su angustia y coman carne.»

Un lector, llamado Dough Griffith, expuso un comentario de respuesta en la misma revista que decía así:

«La lectura del artículo «La paradoja de comer carne» [por Marta Zaraska, Mente y Cerebro n.o 81, 2016] me ha parecido bastante interesante, sobre todo la información relacionada con las técnicas que empleamos los carnívoros para reducir nuestro dilema cognitivo respecto a los animales que cuidamos en casa. Creo, sin embargo, que la autora ha omitido una estrategia que yo empleo. En concreto, se trata de plantearse que esos animales no estarían vivos si no fuera por los consumidores de productos cárnicos. Su vida y su carne se perderían si no nos los comiéramos. Por otra parte, está claro que la crianza y matanza de estos animales deben estar estrictamente reguladas, no solo para que su corta vida sea más confortable, sino también para proteger la salud de los humanos.»

Me pareció que podría ser esclarecedor exponer algunas observaciones al respecto de este comentario.

En primer lugar, Griffith dice que "esos animales no estarían vivos si no fuera por los consumidores de productos cárnicos. Su vida y su carne se perderían si no nos los comiéramos." Pero esto es exactamente lo mismo que argumentar que estaría bien criar a seres humanos para usarlos de comida porque si no los hubiéramos criado para esto entonces ellos no habrían existido en primer lugar. ¿Esto es un argumento razonable?

Si un determinado argumento no puede justificar el canibalismo entonces tampoco puede justificar el consumo de animales. La diferencia de especie no establece una diferencia más relevante moralmente que la diferencia de raza o de sexo. Decir que no vamos a aplicar el mismo criterio moral a otros individuos porque no pertenecen a la especie humana es análogo a decir que no vamos a aplicar el mismo criterio moral a otros individuos porque no pertenecen a la raza blanca o porque no pertenecen al sexo masculino.

Los otros animales son seres conscientes con voluntad e intereses propios. Aunque no sean humanos, ellos tienen el mismo interés básico que tenemos nosotros en continuar existiendo y evitar el daño. ¿Por qué individualidad y sus intereses deberían ser discriminados por el simple hecho de ser de otra especie? No encontramos ningún argumento razonable que pueda justificar una discriminación moral.

En segundo lugar, Griffith afirma que "está claro que la crianza y matanza de estos animales deben estar estrictamente reguladas, no solo para que su corta vida sea más confortable, sino también para proteger la salud de los humanos." Pero este argumento ya parte de dar por supuesto que el uso de animales es moralmente aceptable en sí mismo. ¿Aceptaríamos que alguien propusiera regular el canibalismo para mejorar las condiciones en que son utilizados los humanos destinados al consumo alimenticio? Ya señalamos anteriormente que el uso de animales para comida no se puede intentar justificar sin al mismo tiempo hacer lo mismo con el canibalismo. Una supuesta mejora las condiciones en que hacemos algo malo no consigue que ese mal se convierta en un bien.

En verdad, no necesitamos consumir animales para estar sanos, así que la necesidad no puede servir de excusa. No necesitamos consumir sustancias que procedan de otros animales para tener buena salud y calidad de vida. Esto significa que cualquier daño y sufrimiento que les causemos por este motivo resulta innecesario. Si estamos en contra de infligir daño innecesario a los animales entonces, por coherencia, deberíamos dejar de consumirlos.

Ocurre que desde la infancia nos inculcan la creencia de que los demás animales son 'seres inferiores' que existen para servirnos de recursos. Cuando se nos cuestiona esta creencia entonces buscamos excusas para intentar convencernos de que nuestra actitud especista es necesaria y moralmente aceptable, aunque sin importarnos demasiado si esas excusas se ajustan la lógica y los hechos. Todos los argumentos esgrimidos hasta ahora para intentar justificar el uso de animales están basados en errores de lógica o en datos erróneos.

Como acertadamente señala Zaraska en su artículo, en lugar de razonar la mayoría de la gente prefiere racionalizar cuando se plantea la la moralidad del uso de animales.

Si defendemos el uso de animales no lo hacemos porque hayamos llegado a esta conclusión racionalmente, sino que primero fuimos educados para habituarnos a cosificar y consumir a los animales y sólo después intentamos justificar este hábito adquirido cuando alguien lo cuestiona.

2 comentarios:

  1. Resulta paradójico encontrar comentarios de absoluta irracionalidad en un artículo que pretende, precisamente, explicar que la mayor parte de la humanidad incurre en una disonancia cognitiva. Desde luego, dicho comentario es un vivo ejemplo de una racionalización bastante común. Algunos, además, rayan en el efecto Dunning-Kruger al afirmar sin más que no podemos vivir sin comer carne y se quedan tan anchos.

    Por otra parte, me ha extrañado que no hayas mencionado el error del autor al promocionar el vegetarianismo como si éste no fuese una paradoja en sí mismo al considerar, erróneamente, que éste no implica explotación y muerte para los animales no humanos.

    Un saludo.

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    1. Bueno, no me parece paradójico que suceda tal cosa si en efecto resulta que la naturaleza humana tiene una parte irracional que condiciona nuestra conducta . Aparte de que la resistencia al cambio también tiene un aspecto racional, en el sentido instrumental de que nuestro organismo tiende a perpetuar creencias y hábitos que considera que lo benefician, aunque haya una parte de nuestra mente que ya reconozca que son inmorales. La naturaleza humana es compleja.

      No tengo constancia de que la autora promueva el vegetarianismo. Su obra tiene un enfoque empírico —mitad científico, mitad periodístico— así que en realidad no debería promover nada sino simplemente mostrar los hechos y un análisis objetivo sobre ellos. Puede ser que el motivo para elegir el consumo de carne se deba a que lo considera un ejemplo representativo de la disonancia cognitiva respecto de nuestra relación con los demás animales. Esto no significa necesariamente que ella piense que el consumo de carne es el único uso de animales que resulta relevante o denunciable. Además, yo no estoy haciendo una reseña sobre su libro, el cual no he leído todavía, sino que sólo expongo una concisa reflexión relacionada con el contenido de su artículo. Y precisamente en este ensayo he tratado de reconducir la discusión hacia el uso de animales en general y no sólo al consumo de carne.

      El vegetarianismo es un error moral, pero si uno investiga sobre la relación humano-animal entonces el vegetarianismo y el consumo de carne tienen que aparecer en algún momento para ser estudiados. Obviamente sería un gran progreso que se investigara sobre el especismo en general y nuestra relación opresiva sobre los demás animales. Pero esto de momento sobrepasa el foco de atención de publicaciones especializadas como Investigación & Ciencia. No obstante, me parece un logro que se hable críticamente sobre el consumo de animales en el contexto de una revista de divulgación científica. Esperemos que en el futuro próximo la línea de atención se base en parámetros que incluyan a toda la explotación animal y trabajemos porque así ocurra.

      Un saludo.

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